El primer edificio que voy a
analizar será “LA TERCIA REAL DE CAMPO DE CRIPTANA”.
Este emblemático y abandonado
edificio tiene para mí un carácter muy especial, ya que la Tercia Real fue la
temática de mi Proyecto Final de Grado en el año 2012, calificado con una nota
de sobresaliente.
Para explicar en el concepto histórico lo que fueron
las Tercias Reales, primero hay que definir el concepto de Diezmo. Antiguamente
la Iglesia no pagaba impuestos, pero si los recaudaba. Esta recaudación se le
llama el Diezmo, y consistía en la recaudación de un impuesto por valor del
diez por ciento que hacía la Iglesia en especie. Campo de Criptana hasta mediados
de siglo XX ha sido una población especialmente dedicada al cereal. Por lo que
el diez por ciento de la cosecha de cereal se le pagaba de tributo a la Corona.
Tras explicar el la denominación
de “Tercia Real” se analizará los datos histórico-artístico del edificio.
La Casa de la Tercia de Campo de Criptana, presenta una arquitectura y
una disposición habitual a las usadas en edificios utilizados para el
almacenamiento de cereales en el siglo XVI. En este siglo el esquema repetitivo
en la construcción de este tipo de edificios era el siguiente: nave de planta
rectangular alargada, con gruesos muros de mampostería de roca caliza y
arenisca roja típica de la comarca, dividida longitudinalmente por un muro de
carga que servía de apoyo a los arcos que soporta las vigas de madera de la
entreplanta. Culminando los muros en la cubierta, estando compuesta por cerchas
de madera con tablazón y con acabado en teja árabe curva.
Las características estilísticas y cronológicas de la Casa de la
Tercia enmarcan este edificio en el periodo renacentista. Ya que se trata de un
edificio funcional, muy austero y sin adornos. Su diseño se basó únicamente en
la función que iba a desempeñar como almacén de cereal.
Cuando se construyó en el siglo XVI el aspecto de la Casa de la Tercia
era muy diferente al que conocemos hoy en día. Se trataba de un único edificio,
dividido en dos naves por el muro longitudinal de apoyo a los arcos de medio
punto que sirven de apoyo al forjado de entreplanta. Siendo la inclinada a dos
aguas ejecutada con cerchas de madera y con acabado de tejas de cerámica curva.
La puerta principal a la Casa de la Tercia estaba situada en la
fachada Oeste, que da a la Plaza de la Tercia. Esta entrada estaba realizada
con un arco de medio punto construido con sillares de piedra caliza y arenisca.
Sobre el arco existía un escudo heráldico de la Mesa Maestral de Santiago. A la
izquierda del escudo existía una ventana formada por un arco de medio punto
realizado en sillares de piedra caliza blanca, salvo el sillar superior de cada
jamba que estaba realizado en piedra arenisca roja.
También existen cuatro pequeñas ventanas simétricas y abocinadas al
interior que se distribuyen dos en la parte izquierda y otras dos en la parte
derecha de la fachada oeste. Estando prácticamente simétricas a la puerta, y
estando dos en la planta baja y dos en la planta alta. Las ventanas de la planta
baja presentan una disposición horizontal mientras que las de la planta alta
están colocadas en vertical.
Posteriormente se construyo una pequeña edificación adosada al ángulo
sur del edificio de forma similar al inicial. Probablemente se trate de un elemento
posterior, que se construyó para reforzar la estructura ante posibles
desplazamientos laterales en los muros perimetrales y que pudieron desembocar
los desperfectos que tuvieron que repararse en 1657, según el citado documento
1657/11/180 del Archivo Histórico de Campo de Criptana.
En el año 1848, la Casa de la Tercia pasó a manos privadas. Por lo que
el edificio cambió drásticamente su uso. De ser un almacén de cereales, pasó a
tener usos como carbonería o almacén de maquinaria agrícola a mediados del
siglo XX. Las nuevas jambas se remataron con yeso pardo y en el dintel se
realizó una pequeña moldura geométrica decorativa. Probablemente en esta época
sería cuando se abrió una portada en la fachada norte de la Casa de la Tercia.
Las últimas intervenciones que se produjeron en la Casa de la tercia
fueron durante la segunda mitad del siglo XX. En esta época fue cuando se
produjo la partición del inmueble, modificando su configuración. La mayor parte
de los materiales empleados son recientes como el ladrillo y el cemento, pero
se reutilizó la piedra caliza para la reconstrucción de los muros de
mampostería exteriores.
Para la partición del inmueble se construyó un tabique transversal que
dividió el edificio en dos mitades iguales. La parte sur no sufrió cambios
sustanciales, ni en interior ni en exterior, salvo la extracción del escudo
heráldico y la construcción en su hueco de una ventana para dar mayor
luminosidad a la planta alta.
Por el contrario la parte norte sufrió grandes modificaciones. Se demolió
todo el interior y la parte superior de la fachada norte. Con eso se consiguió
la diafanidad buscada para la adecuación del local al nuevo uso de almacén de
maquinaría agrícola. Debido a la eliminación del forjado de la planta alta, se
construyó un zuncho perimetral pegado a los muros, para así contrarrestar los
esfuerzos de vuelco de los muros. En esta época se abrió una puerta más en la
fachada norte, y la puerta que se abrió en la fachada oeste para la carbonería
se tapió. También se desmanteló la cubierta de la zona norte y se sustituyeron
las cerchas de madera por cerchas metálicas, sobre las que se volvieron a poner
la cubierta acabada en teja árabe curva. Aunque la teja no se puso sobre
materiales tradicionales, se usaron materiales sintéticos.
Por último se arreglaron algunos tramos del muro de la fachada oeste
de la Casa de la Tercia. Probablemente en este momento cambió la configuración
de la ventana principal de la fachada oeste, sustituyendo el arco por un dintel
en despiece de sillería caliza de gran tamaño, reaprovechando la jamba de la
izquierda. Se rellenaron con cemento varios tramos en los que la argamasa había
desaparecido y se recompusieron las jambas de la entrada principal, cuyos
sillares fueron sustituidos por el mal estado de conservación debido a la
erosión de los años. Se sustituyo por un relleno de mampostería caliza trabada
con cemento.
Actualmente, el estado de conservación de la Casa de la Tercia, es malo.
Puesto que se encuentra en situación de casi abandono. Las fachadas este y sur
quedaron integradas en las viviendas que lindan con la Casa de la Tercia. Las
fachadas norte y oeste son las que más cambios han sufrido a lo largo de su
historia practicándose nuevos huecos para puertas y ventanas.
En la
fachada norte ha sufrido muchas alteraciones a lo largo de los años, sobre todo
en el siglo XX debido al cambio de uso que sufrió y la partición del inmueble
que se llevo a cabo. Actualmente presenta una portada metálica como único
acceso a la parte norte del edificio. En la parte oeste de la fachada norte
presenta también un hueco tapiado con ladrillo, donde previamente había un
hueco de unas portadas. Todos estos huecos se han ejecutado en época reciente.
En la parte superior de la fachada encontramos dos ventanas rectangulares
adinteladas distribuidas simétricamente en esta fachada. El origen de estas
ventanas parecen fruto de una reforma reciente, ya que no concuerda la forma
del hueco con la forma de construir en el siglo XVI del que data este edificio.
La fábrica del muro está realizada con piedra caliza trabaja con cemento. Y los
alfeizares de las ventanas están realizados con granito, algo que rompe la
estética de piedra caliza blanca y arenisca roja que presentaba el edificio en
sus orígenes.
La fachada oeste (principal) también ha sufrido
muchas modificaciones a lo largo del tiempo. En la planta baja esta fachada
presenta en planta bajados puertas y dos ventanas y en la parte superior cuatro
ventanas.
Esta fachada es la principal del edificio, y es
donde se ubica la puerta principal, rematada con arco de medio punto de
arenisca, tanto en las dovelas del arco como en las jambas. Donde las jambas
originarias de arenisca han sido sustituidas recientemente por mampostería
caliza, debido al expolio y el deterioro de las mismas. Estando trabadas las
jambas con mortero de cemento. La puerta principal de acceso, que es la
original, se encuentra revestida con una chapa metálica.
Sobre la
puerta principal se encuentran dos huecos, uno justamente encima del arco
principal y que ha sido abierta recientemente. Se trata de una ventana de forma
rectangular colocada de forma horizontal. Esta ventana se realizó hace poco
tiempo, cuando la propiedad fue dividida se decidió abrir una nueva ventana
para poder dotar de más luz a la planta superior. Este hueco se abrió en el
mismo lugar donde se encontraba un escudo nobiliario que se encontraba colocado
justamente encima del arco principal. Este escudo está realizado en piedra
caliza blanca, acorde con la estética del edificio. Este escudo se encuentra
colocado hoy en día en una vivienda cercana, la Casa de los Penalba,
documentada en la Carta Arqueológica de Campo de Criptana con el número
07/13/28/0051/06 y localizada en la manzana 94187, parcela 03, con fachada y
acceso principal en la Calle Convento, nº 16.
Un poco más al norte se encuentra otra ventana
más antigua y presenta una forma rectangular y que está colocada de forma
vertical. En este hueco se observa la transformación que ha sufrido el hueco a
lo largo del tiempo. En un principio se trataba de un hueco para ventana con
arco de medio punto en despiece de sillería de piedra caliza. Esta roca caliza
blanca se encuentra en las jambas y arco. Posteriormente este hueco sufrió
diversos cambios. El más evidente es la reducción de la luz del hueco y la
sustitución del arco y la jamba norte del hueco por una sillería de gran
tamaño, reaprovechando únicamente la jamba sur del antiguo hueco con su
mampostería original de piedra caliza.
Ambas fachadas presentan un grave problema de
humedades por capilaridad, tal y como se observa en las diferentes tonalidades
en la fotografía, así como la presencia de eflorescencias que destruyen la
piedra con el paso de los años.
La gran lesión que presenta este edificio es que
la fachada oeste (fachada principal) presenta un vuelco hacia la Plaza de la
Tercia que de no ser subsanado puede que algún día se venga derrumbe. En la
foto podemos ver las grietas que confirman la lesión
Respecto al interior del edificio, se sigue
conservando la partición. Estando la parte sur relativamente bien conservada,
en comparación de la norte que desde que se le ejecutase la demolición del interior
no ha vuelto a haber ninguna actuación más. En la imagen podemos ver la nave de
la parte norte del edificio donde su interior ha sido totalmente demolido, viéndose
al fondo los vestigios el forjado y del muro longitudinal que había en esta
nave al igual que existente en la zona sur. Esta eliminación del forjado es la
principal causa del vuelco que presenta la fachada oeste debido a la gran altura
que presenta sin el “atado” que producía el forjado. Para subsanar se
ejecutaron unos muros de hormigón adosados a las fachadas que no cumplen la
misión para lo que fueron ejecutados, ya que producen más daño que bien porque
el problema del vuelco no lo soluciona y la adhesión de los muros de hormigón a
los muros originales produce que la ascensión por capilaridad del agua sea más
fuerte. En esta parte además ha sido sustituida la estructura de cubierta
original de madera por un sistema de cerchas metálicas con tablero de piezas de
hormigón prefabricado.
Parte sur de la Casa de la Tercia. Esta parte de la Tercia es la mejor
conservada, ya que es la única parte que conserva las estructuras interiores. La
distribución de esta parte es sencilla y funcional. El acceso a la parte sur se
hace mediante la entrada principal del edificio a través de un arco de medio
punto.
Esta parte del edificio se encuentra divida por un muro longitudinal
con tres arcos de medio punto. En la planta baja dos de los arcos se encuentran
tapiados, algo que ha ayudado a su conservación, en embargo el arco de medio
punto que hay en el pasillo corredor se encuentra totalmente fracturado (tal y
como se aprecia). Esto es debido a que el apoyo de la izquierda ha sido
prácticamente eliminado, ya que el muro recorría todo el edificio.
En esta zona la estructura de cubierta es la
original, pero el tablero ha sido sustituido por uno de tableros cerámicos
tomados con yeso. Esta estructura de madera presenta en uno de sus extremos una
lesión muy grave en los apoyos, ya que varias de las cabezas de las vigas están
podridas.
En resumen, este edificio que históricamente ha estado ligado a la
cultura criptanense está en unas condiciones pésimas y de seguir esto así algún
día lamentaremos la pérdida de un edificio de esta índole. Espero que la administración
medie para que podamos disfrutar de este edificio, como ya disfrutamos del
Pósito Real.
Nota
2: Este Proyecto está registrado a nombre Tomás Eduardo Albacete Leal, y ha
sido ofrecido al Ayuntamiento de Campo de Criptana, que tras las modificaciones
pertinentes este proyecto será para el pueblo de Campo de Criptana y sus
habitantes de forma desinteresada. Reservándome en todo momento los Derechos de
este Proyecto y la ejecución del mismo.
Espero
que esta publicación haya sido de su interés y espero volver a escribir pronto.
Tomás Eduardo Albacete Leal
Ingeniero de Edificación
www.estudioarquitecturaeingenieria.es
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